El sector empresarial, el mayor damnificado del COVID-19

El mundo comercial e industrial es uno de los principales motores que impulsan la economía a nivel mundial, por lo cual, ante cualquier situación de adversidad que enfrente este sector se verá influenciado de una u otra forma en la estabilidad financiera de los ciudadanos, teniendo una importancia marcada en la vida integral de las personas.

Con la entrada en escena del coronavirus el ámbito comercial se ha visto estremecido teniendo que limitar sus funciones y viendo como prácticamente todo el presente año ha sido catastrófico en términos económicos, financieros y presupuestal, y más allá de cierto reimpulso con la precaución sanitaria adecuada, hasta que la situación no vuelva a total normalidad será casi imposible la reactivación del sector completamente.

El COVID-19 ha significado una de las vicisitudes más complejas con las que el sector empresarial se ha hecho frente en su historia, ya que ésta más allá de un problema financiero, ha supuesto la paralización de más del 80% de las funciones del área, con acentuados momentos de inacción completa, circunstancia poco veces vista en el marco una crisis.

Puesto que esta última, antes de emigrar a ser un problema que incluye a todos los campos de producción, primero es un problema que aqueja a la humanidad como un virus fatal que ha ocasionado la muerte de aproximadamente un millón de personas, con más de veinte millones que han sido infectados, provocando el pánico general en toda la población.

De tal modo, y más allá de los pronunciados esfuerzos de los gobiernos mundiales por acabar lo más rápido posible con esta problemática, se espera que un se tenga que cohabitar un tiempo prolongado con esta patología, de la que aún no encuentran un solución definitiva a esto, que se ha tornado el principal problema de la agenda mundial gubernamental.

Numerosas y potenciales vacunas o curas se han desarrollado hasta el momento, pero ninguna ha dado con la fórmula para culminar con esta problemática, y se espera que la llegada de una totalmente efectiva pueda desarrollarse en los próximos meses, lo cual no augura un futuro cercano sin la enfermedad, prolongando el ambiente de tensión en la que se encuentra todo el mundo desde que arrancó el año.

Así mismo, y como era de esperarse la valoración de empresas ha sufrido una reducción considerable, el sector al tener tanto tiempo con tan solo un pequeña porción de sus activos en movimiento, genera una depreciación de su mercado interno que se traduce en el bajo costo en el que se encuentran tasadas a fecha actual muchas grandes y medianos consorcios.

Si bien esta valoración se realiza en base a estándares de gran complejidad, no hay ser ningún experto para tener una idea de la deducción interna de las compañías, bolsa de valores y todo lo que tenga que ver con el sector productivo, económico y financiero.

Así mismo se estima que de continuar la situación presente durante al menos un año, las grandes corporaciones obtendrían pérdidas que podrían traducirse en la pérdida de más del 50% de las acciones de las mismas.

Acostumbradas a tener cotizaciones siempre importantes, los propietarios y socios son los más afectados en todo esto, y aunque confían en que como toda crisis está también tendrá su tiempo culminante, no deja de generar preocupación, como a todo el mundo, el periodo tan prolongado en el que se encuentra la enfermada arraigándose más de lo que se pensaba, en un punto donde se creía que podía haberse eliminado por completo.

El panorama por ahora sigue resultando incierto, con la humanidad aproximándose a un nuevo año y sin ningún resultado alentador al cual aferrarse, muchos analistas en materia, han explicado que aun con el virus en circulación, deben empezar a activarse, de manera escalonada y paulatina.

Pues afirman que luego, las secuelas de este pueden devenir en una falta importante de producción en materia alimentaria, generando una situación de muchos más decesos que los ocasionados por la crisis actual. Por otra parte, quienes se anteponen a esta propuesta, ponen de manifiesto la exposición al virus, aunque con medidas de bioseguridad adecuadas.

Sus argumentos se basan en la facilidad que muestra el virus para llegar al organismo humano, y suponiendo que esto en lugar de ayudar al sector económico se termine volviendo en una recaída en los cantidad de contagios del virus, en un momento donde la curva de infectados empieza a bajar mínimamente. Solo el tiempo será capaz de disipar cualquier duda y razonamiento.