Técnicas efectivas para fomentar la lectura en niños

El hábito de la lectura es sin una de las mejores herramientas para el desarrollo cognitivo de los seres humanos, y para entender con mayor claridad los aspectos básicos de todo proceso en el que nos interesemos por aprender. Leer brinda conocimiento, por lo cual, es normal que las personas que toman esta iniciativa como parte de su rutina diaria se caractericen por ser grandes conocedores en variedad de temas.

Aprender a leer es una de las primeras enseñanzas que nos inculcan desde pequeños con la finalidad de lograr identificar los aspectos que conforman esta área de estudio, y en sí, esta es una materia que supone un mundo nuevo para quien logran aprenderla, cualidad que en hoy en día es muy abordaba y por lo general los niños al asistir a la escuela o centro de formación, son enseñados en este ámbito.

Lo que seguramente es un tema que puede despertar cierta preocupación es que en muchas ocasiones una vez que se aprende a leer de manera correcta, no se le hace un seguimiento consecuente al proceso de lectura, lo cual para muchos jóvenes en la actualidad resulta una situación de aburrimiento o fastidio.

De tal manera fomentar la lectura desde una edad temprana, supone la que posiblemente sea la mejor opción para que el niño se forme adecuadamente desde muy pequeño en el ámbito académico y logre tener una capacidad analítica superior, captando y asimilando la enseñanza recibida de forma más adecuada y rápida, sin necesidad de tener que observar varias veces una misma explicación para entender un tema en específico.

Incitar la lectura      

Por lo general, los niños poseen una curiosidad propia de ellos, por lo cual al apreciar que los demás a su alrededor realizan cualquier actividad, esto llama su atención de inmediato y su curiosidad aumenta. Antes de iniciar cualquier proceso para enseñarles a leer, claramente se les debe atraer a la lectura, seducirlos sin que ellos lo vean como una imposición u obligación, y la mejor forma de hacerlo es dándoles tal ejemplo: que nos vean leyendo contenido de cualquier tipo ya sea en revistas, libros o periódicos.

Comprarle libros

Acercar a los niños hacia los libros para que vayan familiarizándose con ellos es otra excelente alternativa para sembrarles el hábito de leer, en este caso, comprarle libros o cuentos infantiles, en donde predominen las ilustraciones y dibujos antes que las letras, poco a poco podrás ir cambiando esa tendencia incluyendo libros con mayor cantidad de letras y palabras que dibujos.

Así mismo, procura que las letras sean coloridas y se observen claramente para que llame su atención y de a poco el pequeño logre asimilarlas y con el tiempo pueda identificarlas una vez que las vea en cualquier sitio. La lectura de libros siempre resulta un gran beneficioso para desarrollar el área lectora en los niños.

Enseñarle sonidos de palabras

Una vez que tu hijo sepa reconocer con claridad y naturalidad las letras del alfabeto y el fonema de cada una de ellas, tocará el momento de unirlas y formar palabras entre ellas.

La práctica hace al maestro, esa una frase que se aplica para todo y este caso no es la excepción, por lo cual, arma oraciones pequeñas con todas las palabras del cuento escogido que elijas. Señala con el dedo cada palabra y pídele que intente descifrar cómo sería. Puedes ayudarle, pero deja que él sea el primero en intentarlo.

Léeles diariamente

El hábito de leer cuentos a los niños para que duerman o solamente porque sea de su agrado, también es de importancia al momento de querer que aprendan a leer. Así poco a poco irán introduciendo y aprendiendo en su vocabulario nuevas palabras, además, se contagiaran con las historias, lo que permitirá que más adelante puedan identificar con mayor facilidad las palabras cuando esté aprendiendo a leer.

Diversos especialista en la pedagogía y educación infantil, aconsejan que al leerle un cuento a un niño en una edad que supere los tres años, se les vaya colocando el dedo debajo de la palabra, como de manera que identifiquen lo que se está leyendo en voz alta, para que pongan mayor atención e interpreten que son ellos quienes narran la historia.