Lo que necesitas saber sobre el síndrome de congestión pélvica

La congestión pélvica, o síndrome de congestión pélvica, se refiere a una enfermedad que ocasiona venas congestionadas, que son venas varicosas que se han llenado de sangre. En la congestión pélvica, las varices se desarrollan en las venas ováricas e ilíacas que dan servicio a la región pélvica.

Causas de la congestión pélvica

Cuando se presenta este síndrome de congestión pélvica, es posible que esto pueda llegar a deberse principalmente a dos causas:

Válvulas disfuncionales

La congestión pélvica se produce cuando las válvulas de las venas no funcionan correctamente. Las venas pélvicas llevan la sangre de vuelta al corazón, obligando a la sangre a subir por el abdomen contra la gravedad y la presión del cuerpo.

Para que la sangre fluya en la dirección correcta, las venas tienen válvulas que se abren para dejar que la sangre suba por la vena, y luego se cierran para impedir que fluya hacia atrás. Cuando una válvula se debilita o se daña, la sangre baja y retrocede. Las venas congestionadas empiezan a abultarse, retorcerse y causar dolor.

La congestión pélvica suele aparecer durante el embarazo, cuando las venas se ensanchan para facilitar el aumento del flujo sanguíneo. A medida que las venas se ensanchan, las válvulas pueden estirarse o debilitarse, lo que provoca un retroceso del flujo sanguíneo.

Estenosis de la vena ilíaca

Alrededor del 80% de las mujeres con venas ováricas congestionadas presentan también un estrechamiento de la vena ilíaca. Este estrechamiento bloquea el flujo sanguíneo y contribuye a la aparición de varices.

Síntomas de la congestión pélvica

La congestión pélvica provoca un síntoma principal: el dolor. La afección comienza con un dolor pélvico general que puede ser sordo o agudo. Muchas mujeres descubren que su dolor empeora a lo largo del día, y luego se siente mejor después de acostarse toda la noche.

También pueden tener dolor durante o después de las relaciones sexuales, y el dolor puede aumentar durante los períodos menstruales. Además del dolor pélvico, pueden tener dolor en la parte baja de la espalda o una sensación de dolor en las piernas.

Algunas mujeres con congestión pélvica presentan un sangrado vaginal anormal o una secreción acuosa de la vagina. Aunque es menos frecuente, la congestión pélvica puede provocar un dolor progresivo de cadera. También puede experimentar dolores de cabeza y distensión abdominal.

Tratamientos de la congestión pélvica

Los medicamentos pueden ayudar a aliviar el dolor, pero su efecto es efímero y no llega al origen del problema. Para obtener un alivio del dolor a largo plazo, es necesario realizar el tratamiento de referencia para la congestión pélvica: la embolización. Sin embargo, el primer paso es confirmar su diagnóstico mediante un procedimiento de imagen llamado venografía.

Durante una venografía, se inyecta un tinte de contraste y luego se utiliza una radiografía especializada para ver el flujo sanguíneo a través de las venas pélvicas. Esta prueba da un diagnóstico definitivo, revela la gravedad del problema y muestra la ubicación precisa de las venas afectadas. Después de su venografía, se puede realizar alguno de los siguientes tratamientos.

Embolización transcatéter

La embolización es un procedimiento ambulatorio en el que se detiene permanentemente el flujo de sangre a través de las venas varicosas. Utilizando imágenes de rayos X en tiempo real, se guía un catéter a través de las venas hasta que llega al lugar de la varicosidad.

Una vez colocado el catéter, se cierra la vena y se bloquea el flujo sanguíneo mediante una de las diversas técnicas posibles. En muchos casos, es necesario el uso de un medicamento llamado agente esclerosante, que colapsa la vena y provoca una cicatrización que se reabsorbe gradualmente. Como resultado, la vena varicosa se elimina, y el flujo sanguíneo normal continúa a través de otras venas.

El tratamiento con embolización tiene éxito en el 99% de las pacientes y proporciona un alivio duradero del dolor en la mayoría de las mujeres.

Colocación de un stent en la vena ilíaca

Cuando se determinas que el estrechamiento de la vena ilíaca contribuye a la congestión pélvica, se inserta un stent, que mantiene la vena abierta para permitir un flujo sanguíneo normal. La colocación de un stent en la vena ilíaca puede hacerse sola o junto con la embolización de la vena ovárica.